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30th Anniversary Gala
Vienna Staatsoper, 27 February 2004
Viena sella su amor por Carreras
César López Rosell, El Periódico 29 February 2004

El tenor celebra en una noche llena de emoción los 30 años de su
debut en la Staatsoper

Celebración por todo lo alto. Media hora larga de aplausos y más de 20
apariciones en escena para saludar a un público enfervorizado reflejan
mejor que cualquier otra explicación la noche que Josep Carreras vivió
el viernes en la Staastoper de Viena. La gala de celebración de los 30
años de su debut en este teatro lírico será un capítulo obligado en la
definitiva biografía del tenor.

Fue una velada de gran nivel artístico, con la participación destacada
de la Filarmónica de Viena y de las sopranos Agnes Baltsa e Isabelle
Kabatu, pero sobre todo fue una noche de emociones que selló una
historia de amor ininterrumpida entre el tenor catalán y la capital
austriaca. Una pancarta en catalán dibujada sobre una senyera levantada
en los momentos álgidos de la gala por un grupo de fans locales
mostraba su gratitud por los 30 años de sus visitas a Viena; dos
banderas catalanas con la efigie del tenor, desplegadas en este caso
por seguidoras japonesas situadas en dos palcos, mostraban la comunión
del público con un artista muy querido tanto por su personalidad
artística como por su generosidad, manifestada con la puesta en marcha
de su fundación de lucha contra la leucemia.

La aparición de tenor sobre el escenario para afrontar la primera parte
del programa de la noche --un recital con canciones de Tosti,
Leoncavallo y Puccini, con participación del pianista Lorenzo Bavaj--
fue saludada con una gran ovación con todo el público puesto en pie.
Esta primera actuación culminó en la entrega al tenor de un talón de
200.000 euros, fruto de la gala y los patrocinadores. Esta cantidad
será destinada a la fundación del artista.

El espectáculo subió de nivel con la representación del tercer acto de
la ópera Sly, de Wolf-Ferrari. Con la Filarmónica en el foso, Carreras
y Kabatu completaron una gran actuación que fue refrendada al final con
largos aplausos. Lo propio ocurrió en la última parte de la gala. El
cuarto acto de Carmen, con Agnes Baltsa y el coro de la ópera vienesa
en escena, desató el entusiasmo del público. Como colofón a la noche,
el director de la Staatsoper entregó al tenor un libro con los
programas de todas sus actuaciones en la sala --24 óperas y numerosos
recitales-- y expresó su gratitud al artista por su memorables
actuaciones en Viena.

Carreras mostró su agradecimiento al público vienés por su entrega y
por haberle permitido disfrutar algunas de las páginas más brillantes
de su carrera. "Hoy ha pasado por mi cabeza la película de mis grandes
noches en Viena junto a este público siempre entregado", dijo el tenor
a EL PERIÓDICO en su camerino del teatro. Desde su debut, con
Rigoletto, el 28 de enero de 1974, inicio de su gran carrera
internacional, el tenor recuerda de forma muy especial funciones como
las que realizó con La boheme junto a Mirella Freni, en 1977, y que
representó el regreso al teatro, tras 15 años, de Karajan. "He
recordado mucho al maestro esta noche", dijo todavía sacudido por las
emociones del homenaje.

Rodeado por sus hermanos, Albert y Maria Antonia, sus hijos, Albert y
Julia, y otros amigos y familiares, el tenor disfrutó de este
reconocimiento de Viena en una cena posterior organizada por la
Staatsoper. La edición de un sello conmemorativo de la gala benéfica
--un honor que Correos de Austria es la primera vez que dedica a un
cantante-- le llenaba también de orgullo. "Se han expedido 750.000
ejemplares y se va a hacer una reedición para llegar al millón", indicó.

En la entrada de artistas del teatro, aguantando estoicamente el frío y
la nieve, más de 300 seguidores, en su mayoría femenina, esperaban la
salida del tenor para pedirle un autógrafo o simplemente expresarle su
admiración. Ni el gélido ambiente de la noche era capaz de empañar la
pasión de Viena por Carreras.
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Manch schmeichelnd timbrierte Phrase
Die Presse, 1 March 2004

Carreras-Gala in der Staatsoper: als Benefizveranstaltung erfolgreich,
menschlich bewegend, künstlerisch fragwürdig.

Das Erfreulichste zuerst: 200.000 Euro zu Gunsten der
Carreras-Leukämie-Stiftung erzielte die Gala, die den Wiener
Publikumsliebling 30 Jahre nach seinem Debüt als "Rigoletto"-Herzog
vergangenen Freitag auf die Staatsopernbühne zurückgebracht hatte, wo
sich der Startenor nach längerer Abwesenheit frenetisch feiern lassen
durfte.

Das Ärgernis: Ein halber Liederabend, gefolgt von den szenisch
realisierten Schluss-Akten zweier so disparater Opern wie Ermanno
Wolf-Ferraris "Sly" (mit aus Washington geborgtem Bühnenbild) und
Bizets "Carmen" - das war zu wenig für ein "Best of" und zu viel für
einen logischen Zusammenhang, ließ die durch lange Pausen zerdehnte
Gala dramaturgisch schlicht verpuffen.

Ein ehrliches Klavier-Recital, oder der komplette "Sly" konzertant, das
hätte Sinn gehabt. Zumal vor allem das "Carmen"-Finale nur in Teilen
von Franco Zeffirellis Ausstattung stattfinden durfte und dadurch
optisch in peinlicher Behelfsmäßigkeit stecken blieb. Doch der Reihe
nach: Seine Fans greifen Carreras, wenn er sich mittels Edelschnulzen
von Tosti, Leoncavallo und Puccini behutsam höhere Töne ertastet,
helfend unter die Arme - voller Anteilnahme stemmt das Publikum
gewissermaßen mit.

Dafür, dass sich dieses (wie Carreras selbst) nur in bequemer
Mittellage ganz wohl fühlen kann, lässt es sich durch manch
schmeichelnd timbrierte Phrase entschädigen, die mehr gilt als alle
Anstrengung. Und wenn Carreras' Händeringen vor Lorenzo Bavajs
Bösendorfer täuschend jenem gleicht, das er als halb ausgenüchterter
Sly zeigt, dann tritt das zurück hinter der Intensität, mit der er, von
den Philharmonikern unter David Gimenez klangschön, aber nicht bis ins
Allerletzte sattelfest unterstützt, den Selbstmord des Poeten erfüllt.
Auch wenn zum Verständnis der Rest fehlt.

Sogar der "Carmen"-Schlussakt wollte, Agnes Baltsa zum Trotz, nicht
recht in Fahrt kommen: Vor der milchigen Rückprojektion einer Arena,
die den Charme eines Diaabends versprühte, schien die tödliche
Konfrontation nur oberflächlich abzulaufen. Volle Spannung liefert eben
auch dieses Finale nur im Kontext des ganzen Werks. Dem Jubel tat das
keinen Abbruch.


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This page was last updated on: May 17, 2005